Tus palabras no coinciden
con lo que leo en los ojos de tu alma.
Aprendiste muy bien a fingir y a no ser.
Cómo quisiera que abrieras la boca
para enhebrar tus palabras con las mías
y así romper este silencio que nos rodea.
Pero obligarte, no puedo aunque quisiera.
Las palabras de otros cruzan océanos,
vuelan cual aves migratorias
llevando mensajes cargados de sensaciones,
pero las mías (sólo dos palabras)
se quedaron sin volar y sin destinatario.
Las hundí con pena en el fondo de mi corazón
por temor a tu rechazo.
Algún día cuando haya recuperado mi calma interior
tomaré nuevamente esas dos palabras entre mis manos,
y dibujaré con ellas no sólo un corazón gigante
en el cielo, sino que riendo de felicidad,
las gritaré con fuerza al viento
para todo aquel ser querido
que las quiera escuchar.
Marisol
con lo que leo en los ojos de tu alma.
Aprendiste muy bien a fingir y a no ser.
Cómo quisiera que abrieras la boca
para enhebrar tus palabras con las mías
y así romper este silencio que nos rodea.
Pero obligarte, no puedo aunque quisiera.
Las palabras de otros cruzan océanos,
vuelan cual aves migratorias
llevando mensajes cargados de sensaciones,
pero las mías (sólo dos palabras)
se quedaron sin volar y sin destinatario.
Las hundí con pena en el fondo de mi corazón
por temor a tu rechazo.
Algún día cuando haya recuperado mi calma interior
tomaré nuevamente esas dos palabras entre mis manos,
y dibujaré con ellas no sólo un corazón gigante
en el cielo, sino que riendo de felicidad,
las gritaré con fuerza al viento
para todo aquel ser querido
que las quiera escuchar.
Marisol