lunes, 25 de marzo de 2024

Tejiendo sueños

 

¿No será la vida sólo un tejido de hábitos?

O tal vez, más bien,

 somos del mismo material

del que se tejen nuestros sueños.

¡Quién sabe!

 

¿Será cierto que nuestra pequeña vida 

está rodeada de sueños

por ser un arte poético involuntario?

¡Quién sabe!

 

¿Los que sueñan de día

son conscientes de muchas cosas

que escapan a los que sueñan sólo de noche.

¡Quién sabe!

 

Mas, ¿sin la ilusión el mundo qué sería? No sé.

Quizá soñar en teoría es vivir un poco

mientras que vivir soñando es no existir del todo.

¡Quién sabe! 

 

¿Y si construyera castillos en el aire, 

mi trabajo se perdería del todo

aún colocando las bases debajo de ellos?

¡Quién sabe!

 

Tal vez deba seguir soñando

 porque quien nos roba los sueños

finalmente nos roba la vida

¿O no será que todas las cosas que uno ha olvidado

gritan pidiendo ayuda en sueños? 

¡Quién sabe! 

 

Quizá debamos tener cuidado con nuestros sueños

por ser la sirenas de nuestras almas. 

No son bagatelas en el aire.

pues, nos cantan, nos llaman.

¿Y si las seguimos jamás retornamos?

¡Quién sabe!


Perdida me encuentro aquí de tanta realidad 

quizá porque aunque dejes de creer en ella, 

ésta sigue existiendo y no desaparece. 

¡Ay! es que la vida es mucho más pequeña

que nuestros propios sueños.

¡Quién sabe!

 

Será que como los sueños devoran nuestra existencia

finalmente es lo que tienen de bueno,

quizá porque todo lo que vemos o parecemos

es solamente un  sueño dentro de un sueño.

¡Quién sabe!

 

MARiSOL  

martes, 5 de marzo de 2024

El abrazo

 

El único lugar donde el ayer y el  hoy se funden en un abrazo se llama mañana... ese mañana que cuando pensamos que  nunca llegará, ya se ha convertido en ayer.  ¿Será porque el ayer es sólo un recuerdo y mañana es lo que se supone que es? Podría ser...

Tal vez el mayor obstáculo de la vida  no es ni la espera del mañana ni la pérdida del día de hoy, sino que terminemos convirténdonos en una urna llena de cenizas... esas cenizas que me recuerdan que morir mañana es tan bueno como morir cualquier otro día.

Por este motivo me aferro a los buenos momentos vividos, quizá porque el secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse, sobre todos aquellos momentos que no me procuraron ninguna fortuna.

¿Será cierto que cuando las voces suaves de mis recuerdos mueren, su música vibra aún en mi memoria? Me quedo sólo con lo bueno. Tal vez porque la memoria es la facultad de acordarse de aquello que quisiéramos olvidar. Mejor así, porque olvidar significa cordura, prudencia, sensatez o buen juicio. 

¡Ay! A todos ellos me abrazo para comprender e interactuar no sólo con mis tres tiempos, sino con el mundo que me rodea, estar en contacto con el mismo de la manera más acertadamente posible. Y es que tener cordura es tener la fuente de la vida. Quizá porque entre la fe y la incredulidad existe un soplo como también entre la certeza y la duda. Habrá que alegrarse en este soplo, allí donde vives, pues la vida misma no está sólo en el soplo que pasa, sino en el abrazo que das y recibes.


MARiSOL