En la trastienda de mis pensamientos y de los tuyos
hay un ansia desbordante incapaz de reprimir
la capacidad de ser feliz a pesar de todo
porque una vez se haya dicho todo
nosotros estaremos en condiciones de volver a decirlo todo
porque todo se habrá contradicho queramos o no
Mientras burbujas de despreocupación bailan
delante de una incómoda verdad la cual no pierde tiempo
entre la culpa de nuestros locos devaneos
y de nuestras ingenuas incredulidades,
una curiosidad irreprimible se deja ver a la vista de todos
Y mientras yo trato de llegar a buen puerto y tú también
aún con una tranquilidad extremedamente turbada,
no conseguimos descifrar el amor, el odio, la soledad, la melancolía
y tanto ensimismamiento vestido de inmesos silencios...
esos silencios despojados de falsa cortesía
y de arranques de abominable autoridad
Y aunque muramos gritando en mantener la calma porfiadamente
y nuestra contraseña en cambiar de opinión no tenga validez alguna,
un mal presagio sin días de descanso se hace presente
sin soluciones definitivas y sin palabras adecuadas
mientras suplicamos tercamente perdón por nuestros pecados
aún así caigamos en lo más banal y más común a último minuto...
ese minuto que vale más de pie que una vida de rodillas
Duplico las precauciones entre aplausos y gritos desesperados
mientras una decisión firme y sin nombre
con sabor a una invasión abrupta e intolerable
me recuerdan sin sosiego la brevedad y fragilidad de la vida
sea de un amigo o la nuestra
porque la verdadera vida de cada uno es la de todos
MARiSOL