martes, 5 de marzo de 2024

El abrazo

 

El único lugar donde el ayer y el  hoy se funden en un abrazo se llama mañana... ese mañana que cuando pensamos que  nunca llegará, ya se ha convertido en ayer.  ¿Será porque el ayer es sólo un recuerdo y mañana es lo que se supone que es? Podría ser...

Tal vez el mayor obstáculo de la vida  no es ni la espera del mañana ni la pérdida del día de hoy, sino que terminemos convirténdonos en una urna llena de cenizas... esas cenizas que me recuerdan que morir mañana es tan bueno como morir cualquier otro día.

Por este motivo me aferro a los buenos momentos vividos, quizá porque el secreto está en saber elegir lo que debe olvidarse, sobre todos aquellos momentos que no me procuraron ninguna fortuna.

¿Será cierto que cuando las voces suaves de mis recuerdos mueren, su música vibra aún en mi memoria? Me quedo sólo con lo bueno. Tal vez porque la memoria es la facultad de acordarse de aquello que quisiéramos olvidar. Mejor así, porque olvidar significa cordura, prudencia, sensatez o buen juicio. 

¡Ay! A todos ellos me abrazo para comprender e interactuar no sólo con mis tres tiempos, sino con el mundo que me rodea, estar en contacto con el mismo de la manera más acertadamente posible. Y es que tener cordura es tener la fuente de la vida. Quizá porque entre la fe y la incredulidad existe un soplo como también entre la certeza y la duda. Habrá que alegrarse en este soplo, allí donde vives, pues la vida misma no está sólo en el soplo que pasa, sino en el abrazo que das y recibes.


MARiSOL