Aprendí que mi vida cabe en una maleta
pero mis sueños, por suerte, no.
Ellos me impulsan a seguir viajando
fuera y dentro de mi mundo.
Aprendí que el presente se reduce
a un solo instante,
que el pasado se fué
sin pedir permiso
y que mi futuro es el lugar ideal
para colocar mis sueños.
Aprendí que no debo colocar más rémoras
innecesarias sobre mi camino;
las piedras debo hacerlas
rodar ya y no recién mañana.
Aprendí que a los amigos no se les busca
solamente para matar el tiempo,
sino para compartirlo a fondo.
Aprendí que la belleza no se encuentra
ni aquí ni allá,
sino en nuestro equipaje de vida
para poderla encontrar.
Aprendí que el dinero lo puede
hacer todo, pero no debo
ni quiero hacer todo por dinero.
Aprendí que Dios no juega con nosotros.
Nos toma en serio ahora y siempre.
O por lo menos, así lo creo.
Aprendí que la forma cómo me entrego
hacia los demás,
vale más que lo que pueda hacer por ellos.
Aprendí que si vivo y no sólo existo
no me pasaré el resto de mis días
desgranando el tiempo
como una mazorca de maíz.
Aprendí que aunque por momentos
me sienta cansada,
el saber que aprendo algo nuevo
cada día que pasa
me renueva, me rejuvenece el espíritu.
Marisol
imagen sacada de:
http://www.rp-online.de
pero mis sueños, por suerte, no.
Ellos me impulsan a seguir viajando
fuera y dentro de mi mundo.
Aprendí que el presente se reduce
a un solo instante,
que el pasado se fué
sin pedir permiso
y que mi futuro es el lugar ideal
para colocar mis sueños.
Aprendí que no debo colocar más rémoras
innecesarias sobre mi camino;
las piedras debo hacerlas
rodar ya y no recién mañana.
Aprendí que a los amigos no se les busca
solamente para matar el tiempo,
sino para compartirlo a fondo.
Aprendí que la belleza no se encuentra
ni aquí ni allá,
sino en nuestro equipaje de vida
para poderla encontrar.
Aprendí que el dinero lo puede
hacer todo, pero no debo
ni quiero hacer todo por dinero.
Aprendí que Dios no juega con nosotros.
Nos toma en serio ahora y siempre.
O por lo menos, así lo creo.
Aprendí que la forma cómo me entrego
hacia los demás,
vale más que lo que pueda hacer por ellos.
Aprendí que si vivo y no sólo existo
no me pasaré el resto de mis días
desgranando el tiempo
como una mazorca de maíz.
Aprendí que aunque por momentos
me sienta cansada,
el saber que aprendo algo nuevo
cada día que pasa
me renueva, me rejuvenece el espíritu.
Marisol
imagen sacada de:
http://www.rp-online.de