Mientras tus palabras salen de la boca de mi memoria,
mi risa queda pintada en tu mirada.
Me reconozco un poco, o tal vez, mucho en ti.
Buscamos juntos el equilibrio del mundo, del nuestro.
Procuramos calmar dolores y penas con el calor de nuestros cuerpos.
Somos la prolongación de dioses olvidados y de verdades futuras.
mi risa queda pintada en tu mirada.
Me reconozco un poco, o tal vez, mucho en ti.
Buscamos juntos el equilibrio del mundo, del nuestro.
Procuramos calmar dolores y penas con el calor de nuestros cuerpos.
Somos la prolongación de dioses olvidados y de verdades futuras.
Éstos se van sumergiendo lentamente muy hondo.
Allá, donde el pasado casi ya no se deja ver.
Vamos nadando una vez más en dirección sur.
Es nuestro punto cardinal más añorado y querido.
Una gran fuerza nos lleva hacia él.
¿Somos, acaso, víctimas de un conjuro?
No, no lo creo. Somos, más bien, víctimas de la nostalgia.
En este momento soy tu espejo y tú mi cómplice de turno.
Marisol
(editado 2002, reeditado 2009)
