Ayer
me perdía en tus pupilas
buscando la razón de mi existencia.
Y tú te perdías en las mías
buscando la razón de tanto amor.
Hoy
te extraño mi bien.
Me duele tu ausencia.
Somos un mar de palabras
escritas por mí en un papel cualquiera.
Mañana
tú seguirás viviendo para siempre
en la neblina de mi memoria.
Y yo viviré en tus sueños
esperando el momento en que tú me olvides.
Marisol
(publicado 2002, reeditado 2009)