No sé por qué mas hay un aire misterioso
que se mueve entre sensaciones hirientes
quizá porque no soy confomista
o porque tú, tal vez, tengas razón
porque vienes del milenario exilio
dejando atrás tu hacinamiento de errrores
mientras tú vas heredando del pasado
solamente redondas desiluciones
¿No será mejor conjurar todos los peligros
para poder entender el sin el todo
mientras el final de la vida
es, al fin y al cabo, un servicio misterioso
que se deja ver, aunque yo no quiera,
en la pared de mi propia imaginación?
¿Será que yo debo aprender las reglas
(aquellas que establecemos para los demás)
mientras presento yo mi renuncia
ante las excepciones de los demás?
Quizá, porque una crueldad es menos obvia
mientras el presente se derrite entre obsesiones
y conflictos de los valores
(ésos que saben a amor, buena suerte y tenacidad)
(Dios, ¿será posible?)
¡Ay! mientras un orgullo no justificado
nos va privando de un futuro
no tanto porque tú y yo seamos seres excepcionales,
sino porque una tradición netamente abierta
y en vísperas de una gran crisis
ahonda las fisuras de mi alma
anclada en una determinada época ...
allí donde se defienden los privilegios del futuro,
siento que, quizá, yo haya yo muerto de manera indoblegable ...
hasta hermosamente controversial
(mas ¿sin convicciones?)
mientras me cuesta entender la fuerza eterna,
desprovista de toda serenidad ...
esa serenidad constante que viste a la sabiduría
Y mientras, sin querer queriendo, una disciplina creadora
viene observándome desde muy lejos,
yo sé que me encuentro en el tiempo
(ése que me malgasta)
flotando entre impermeables recuerdos ...
esos recuerdos que no sólo me hacen vivir dos veces,
sino que pueblan mi hermosa soledad
MARiSOL
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MARiSOL
