Decisiones

¡Qué fácil es discutir sobre cosas mortales,

mas qué difícil es tomar decisiones rápidas y precisas! 

Quizá la prontitud en las decisiones radica

no en tomarlas desesperadamente,

sino en la reflexión serenamente inmortal ...

aquélla que nace del fondo del corazón,

porque los que de corazón se quieren,

solamente con el corazón se hablan,

mas no sólo por hablar, sino para decir algo .... 

ese algo que supone un comienzo

o que, seguramente, pone fin a una situación

para imponer el deseado cambio,

porque toda la vida es un cambio

que lleva consigo cierta melancolía ...

esa tristeza vaga, permanente y profunda

porque nos obliga a mirarnos por dentro

mientras la toma de decisiones hace una elección

entre las opciones disponibles para resolver

ese problema actual que nos aqueja,
tan pesado como una piedra,

mientras hacemos equilibrio sobre la vida misma
Y aunque el miedo nos intimide,
¡vayamos por él, a conquistarlo! 
La mejor decisión a tomar

MARiSOL

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