Cuando una profunda quietud y una felicidad sin causa
se hacen presentes dentro de mí
es porque la naturaleza cíclica del universo
me va enseñando, poco a poco, que todo está en movimiento
hasta el tiempo medido entre dos instantes
Sólo el reposo absolutamente estático es la muerte
(aquel mal menor de todos los males)
Pues sí, yo también formo parte de todo cambio
Es inevitable y, sin embargo,
no siempre encuentro mi propia liberación
en medio de tanta impermanencia
¡Ay! ¡Por qué todo es mágicamente transitorio?
Hasta la misma vida a la cual nos apegamos
Mas, atrapar al viento no quiero
porque todo lo que surge, alguna vez,
con el tiempo se desvanece como una nube pasajera.
Y mientras tengo todas estas ideas en mente,
empiezo lentamente a relajarme
al apreciar y valorar mi realidad
(aquella que también algún día se evaporará
con su mochila de éxitos y fracasos,
alegrías y sufrimientos, amor y desamores)
ante una luz más fluida y diáfana ...
allí donde la paz encuentra su lugar
en algún punto recóndito de mi alma inquieta
MARiSOL
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