miércoles, 4 de febrero de 2009

Había una vez





Había una vez
un niño durmiendo en mis brazos
y un corazón deshecho en pedazos.

Había una vez
lunas llenas bañadas de amor
y noches repletas de gozo y ardor.

Había una vez
gritos ahogados, perdidos en el viento.
¿Llantos lejanos? ¡Ya no los siento!

Había una vez
voces amigas vestidas de amargura
y sueños rotos de gran envergadura.

Había una vez
un temblor gigantesco en mi boca
y una risa agitada enamoradamente loca.

 Había una vez
un amigo sociable y muy querido
y otro viviendo solitario y malherido.

Había una vez
un mundo de sueños fatuos y paganos
y un mundo de recuerdos muy lejanos.

Marisol




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