Mientras los sentimientos son los caballos
que me conducen, por momentos, a ti,
mis pensamientos son las riendas
que conduce el jinete sabio (¿o loco?) de mi alma
(esa alma desordenada que lleva en su propia culpa
una pena disfrazada de felicidad)
Mientras bordeo, sin querer, mi propio abismo
(ese abismo que mira dentro de mí)
saboreo mi sabroso café cargado de recuerdos
(esos recuerdos que me hacen vivir no sólo más de una vez,
sino que hacen mi soledad más profunda),
Mientras el café en sí no es un veneno lento,
sino tú porque no eres lo bastante fuerte
para matarme en este instante,
tomo conciencia que tú eres la necesidad diaria de mi destino
(ese destino que ni suplica ni que se sacrifica sin esperanza)
Mientras filosofo, afino mis criterios
porque me niego a mantener los ojos sólo cerrados
De lo contrario, viviría durmiendo despierta
sin manetener los ojos abiertos a la realidad
(esa realidad que ya he dejado de imaginar a tu lado)
Y mientras vivo sin darle tantas vueltas a mis ideas
porque, en el fondo, me faltarían palabras para decir
lo que realmente actualmente pienso y siento,
me doy recién cuenta que yo soy tan oscura como el café
Igual como tú, querido ausente
¡Bebámosnos, pues, a sorbos
y sin hacer mucho ruido!
mientras cabalgamos tanto tú como yo
sobre nuestros amargos y dulces recuerdos
MARiSOL
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