Un colibrí revolotea dentro de mi mundo
de mujer pisciana
y mientras bate sus alas con fuerza
y se detiene a libar su alimento
allí donde nadie lo ve... sólo yo,
me susurra al oído:
"Te amaré hasta la muerte"
Mientras un deseo de eternidad
se cuela por la ventana de mis sueños,
despierto con un sonrisa en los labios.
Mi mar está en calma.
Marisol
La pintura es de Lazlo Sipos (1971)
Pintor húngaro
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