para hilvanar las palabras una a una...
esas palabras que salen silenciosamente
de la memoria de mis dedos.
Mis incogruencias, por suerte, adquieren sentido
hasta transformarse en textos.
Es la voz de mis fantasmas...
la que me obliga a escribir.
Sigo sus dictados y no opongo resistencia.
Escribo para vestir al silencio
con mis palabras
y sin embargo, ellas mudas vuelan
a través del ciberspacio
para llegar a ti.
para llegar a ti.
¿Será cierto que el amor
es tan difícil como la escritura?
En este parto milagroso
nace un mundo de palabras
no sólo cuando me lees,
sino cuando escribes tus comentarios.
Marisol
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