No sé de batallas
Sólo de sentimientos compartidos
aunque le falten palabras a mi lengua
Y la tuya se haya quedado muda
¡Qué contradictorios somos!
Y mientras fingimos falsas sonrisas
para no desenmascarar a nuestros corazones
los sentimientos nos delatan
y, por momentos, nos confunden
Muy pronto habré cambiado de idea
porque odiarte no puedo
Sería darle demasiada importancia
al pernicioso silencio
que sale de la boca de nuestros recuerdos
Aquellos que intentamos soportar
bajo el peso del tiempo
para que nuestro reloj interno no se quede paralizado.
Seguimos avanzando aunque las pérdidas
sean testigos mudos
de cómo caminamos por la vida ...
Esa constante sorpresa
que nos hace saber que todavía existimos
sin preguntas filosóficas de por medio
MARISOL
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