¿Por qué dudo en este instante de la continuidad de mi propio tiempo? ¿Será porque no hay un final perfecto para pasado mañana? Tal vez no deba pensar ahora en este adverbio de tiempo sino llegado su momento.
Y aunque no todos mis sueños se puedan cumplir, pasado mañana no será otro día cualquiera. Así me lo ha pronosticado mi agenda calendario. Y quieta no me quedaré hasta honrar mi día de cumpleaños haciendo lícita la locura. ¡Sí, señor!
Es mi loca fantasía la que me ayuda a permanecer joven de espíritu y a que mi corazón ni se endurezca ni se quede seco y sin lluvia aunque las arrugas de mi piel, pero no de mi alma, se dejen ver un poco más profundas pasado mañana.
Marisol
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