martes, 10 de abril de 2018

Límite




Mientras una creciente debilidad intenta de manera evidente pensar en la posibilidad de tener una coartada para no caer el abismo, éste me advierte que si lo miro largamente, él terminaría mirando dentro de mí. La verdad que yo no sé si sea capaz de sonreir ante esta situación insostenible pues inútilmente trato de comprender esos sonidos apagados que retumban en mis oídos y que expresan el inicio de tu propio descenso.  ¿O acaso del mío?

Procuro mantener la serenidad porque, por momentos, yo no estoy tan segura de saber expresar lo que llevo  en mi interior. ¡Ay! es tan escabrosa la idea que me ronda mas si ésta se ciñe a la verdad, existe la posibilidad de perder el control sobre mis convicciones más arraigadas e indubitables. ¿No será que la sabiduría radica en no rebasar el límite? En ello estoy.

Aprendo a permitirme ser más egoísta para ser así capaz de no sufrir más ante lo perdido. Si bien no pretendo dar la impresión de ser una persona dura de corazón (tampoco me esfuerzo en demostrar lo contrario), de ningún modo rebasaré el límite entre tu frontera y la mía. Ese límite en que la tolerancia deja de ser una virtud cuando las dudas del presente son tan fuertes que ya no comprenden más el mañana porque se han convertido, desde hace ya tiempo, en el ayer.


MARiSOL