Una actitud cautelosa ha decidido escoger
entre una instintiva desconfianza
y una parálisis de asombro
para que empiece yo a entender
que en ese pozo infinitamente oscuro
yo no podré nunca quedarme allí quieta
¡No puede ser de otra manera!
Y aunque le ceda el paso al intento de adivinar el futuro,
mi única esperanza es que me dé la luz
llegado el momento, ése, el elegido por el azar,
para que me refresque al centinela de mi cerebro: mi memoria
¡Ay! todos necesitamos un poco de emoción
Quizás mi única esperanza es no perderme
entre la soledad y mi propia debilidad,
mientras una excitación indefinible e incomprensible
me está dando nuevas lecciones de vida
mientras tu sonrisa, cosida dentro de tus sensuales labios,
está tratando de instaurar en mí un nuevo equilibrio
aunque me cueste aceptar y entender tus errores
MARiSOL
