Supongo que algún día entrechocaremos nuestras copas de vino mientras nuestras miradas se rozan y seremos testigos que las calles no siguen tan desiertas como las dejamos hace mil años atrás ... cuando en ese tiempo no existía futuro, sólo presente ... ese punto que mis ojos ahora buscan entre la ilusión y la añoranza.
Supongo que en algún rincón de la vida nos encontraremos a salvo de miradas escrutadoras, esquivas, ladinas, astutas o provocadoras. Mas la inocencia no se sentará a nuestra mesa aunque ella sea la fuerza más fuerte que quiera dominar a nuestros corazones hasta ablandarlos.
Supongo que no habrá ningún hechizo, porque éste ya se evaporó ante los hechos reales y concretos con los cuales la vida se presenta ante nosotros. Y mientras mastico todo lo sucedido entre nosotros, tu bebes del tiempo perdido porque ambos sabemos que nunca habrá un final perfecto.
Supongo que como ya somos dos personas diferentes aunque la historia de nuestras vidas sea un permanente volver a empezar (aunque ya no queramos suponer más porque ni tú ni yo sabemos lo que es la felicidad porque la perdimos, hace ya tiempo, entre la ilusión y la añoranza), volveremos a recomenzar a escribir de otra manera nuestra historia de amor aunque no sepamos por dónde empezar.
Supongo que el mañana se quedará dormido, una vez más, porque ni tú ni yo podremos despertarlo aunque queramos por más que suene fuerte el tic tac de nuestros recuerdos ... esos recuerdos que se reconcilian de a pocos con nuestros pensamientos de hoy, quizás con la mera intención de hacer no sólo nuestra soledad más profunda, sino de seguir encontrándonos sólo en nuestros sueños.
MARiSOL
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