miércoles, 22 de abril de 2009

Alumbrando nostalgias

¿Será cierto que la nostalgia
es una mezcla entre un sentimiento
de encanto ante el recuerdo
que se quedó flotando en el tiempo
y un sentimiento vestido de dolor y renuncia
que se quedó prendido como un alfiler
en lo más hondo de mi corazón?

Esta pregunta me la hago mientras le permito
a mi memoria hacer un juego de asociaciones
entre los recuerdos borrosos y claros.

Quizás anhelar lo pasado e idealizarlo
sea realmente poco realista, pero la nostalgia
no es ni una enfermedad ni un campo de estudio,
sólo es un sentimiento...



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Qué débil es la razón cuando caemos
presa de la nostalgia.
Nos duele el pecho, la boca del estómago...
hasta sumarnos en la desesperación.

Pero no. Ya no es mi caso. Así lo creo.

Quizás sea cierto que la nostalgia
es como un amar sin ser amado,
es como un echar de menos
lo que no somos.

La nostalgia supera temporalidad
y finitud y por un momento me atrapa
entre sus brazos y me hace regresar a tí
aunque no quiera.

No creo que anhele el retorno a lo perdido,
pero anoche traspasé el puente 

entre el ayer y el hoy.
Soñé tan claramente que me encontraba
flotando en aguas miraflorinas
al pie de mi querido faro.
Sentir el agua sobre mí, tan fresca y fría
no sólo me gustó, sino que me despertó.

Esta querida nostalgia,
vestida de recuerdos y sensaciones,
vino, sin pedirme permiso,
a visitarme en sueños una vez más.


Marisol




Para tu información:
Este faro se encuentra al pie del Oceáno Pacífico en Miraflores, 
un distrito de los 43 distritos que tiene Lima, capital del Perú. 

Imagen sacada de: