miércoles, 14 de noviembre de 2018

El olor del olvido




¡Qué extraños somos en celebrar la vida!
Hemos atravesado décadas de largos silencios
y sin decirle nada a nadie, por ningún motivo,
percibimos, de repente, el olor del olvido ...
ese olvido que, aunque no queramos,
 con sus días intensos no nos olvida
porque tratar de olvidar a alguien
es desear recordarlo para siempre
 
Y mientras el tiempo, con su antes y después,
sin darse cuenta, viene y se va,
me atrevo a pensar (no sé si tú...)
que tanto tu alma como la mía están de acuerdo
en seguir ocultándose la una de la otra
 
¿Será cada uno de nosotros un refugio en sí mismo?
Aunque nuestras miradas se crucen tímidamente
o con la misma emoción crónica de la pasión,
seguiremos, tú y yo, tomando a rajatabla
la teoría romántica del amor,
quizá porque ni la hemos entendido del todo
ni tampoco los problemas del corazón
que, algún día lejano, pretendimos resolver 
y que ahora ya no importan
 
¡Ay! No todo lo que se ama se desea,
ni todo lo que se desea se ama
 El paso del tiempo ha condenado al olvido,
sin querer o a propósito,
la belleza otoñal de nuestra memoria ...
ese ardiente deseo (in)satisfecho

MARiSOL