Despliego mis ideas vestidas de diversas teorías
mientras en sueños busco, a través de mis insomnios,
a mis queridos fantasmas de la fe ...
esa fe que no termina de ser nunca completa
quizá porque, en el fondo,
no tengo nada más que perder,
sólo, si así lo quiero, mi propia conciencia
Y aunque el cansancio me venza,
es la conciencia la que debe llevar razón
ante mi propia realidad ...
aquélla que se mueve entre mi mundo
no sólo natural, sino también moral
por más que yo me empeñe en dar marcha atrás
Quizá deba yo tomar conciencia
que mi conciencia debe sentirse libre de toda culpa
aunque la opinión de los demás
sea muy distinta a la mía.
Tal vez deba yo seguir más que sólo existiendo,
entre el gozo y el sufrimiento
y aceptar mi propia ley de vida
porque mi conciencia, al fin y al cabo,
hace a la vez, ante los ojos del mundo y los míos también,
de testigo, fiscal y juez
MARiSOL
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