Mientras mis labios temblorosos ahogan lo impronunciable
cual gravísimo secreto que todos ya conocen,
el amor no tiene motivos para esconderse
ni de ni de ti ni de nadie
porque nosotros aunque creamos en milagros,
sólo valen los hechos concretos
y no las palabras elegantes
porque no siempre son sinceras
Y aunque mi dulce memoria
ya no entienda de deseos insatisfechos,
ha llegado el momento en reconocer
que no nos sirve de nada quejarnos
ante lo evidente
Aquello que nadie realmente conoce
porque nuestras existencias no pueden ignorar:
lo realmente inexistente
Y mientras mi alma se llena de eternidades,
tú no conoces ni de llegadas ni de despedidas,
sólo de recuerdos, de placeres perdidos
MARiSOL
Imagen sacada de Bing