viernes, 9 de octubre de 2015

Haciendo equilibrio

 
 


No sé si siento una gran compasión por ti
porque tu propia identidad está en juego
o porque esta tristeza inspirada en lo que fue y ya no es
me hace saber que de recuerdos no sólo se puede vivir

Y mientras tu espíritu cumple su condena
y sigue haciendo equilibrio entre la vida y la muerte,
yo me pregunto ¿quién soy yo para hacerte saber
que nuestro fracaso es la mejor medida del éxito no alcanzado?

Aunque el camino del exilio interior me llame
y la vida me aplaste con su peso,
me doy cuenta que no somos
ni vencedores ni vencidos
Somos, más bien, esa ilusión perturbadora 
que sigue haciendo equilibrio
entre nuestras existencias vestidas de eternidad
mientras me quedo pasmada
como esas dos palabras tan conocidas
siguen saliendo de la boca de tu corazón

Y mientras el asombro me paraliza,
no acierto a asentir ya más con mi cabeza
porque ahora todo lo veo más claro
seguramente porque he cambiado
la dirección de mi mirada para no seguirte viendo
en la oscuridad de mis noches sin luna llena

¡Ay! mientras mi memoria tan magnífica para olvidar(te)
me enseña esa ausencia que proviene de ti,
coexisto entre placeres perdidos
mientras nuestros recuerdos se reconcilian
porque se encuentran haciendo equilibrio
entre los verbos inseparables: amar y sufrir
Aquellos que nos enseñan a vivir
no sólo con plenitud, sino también con dignidad
aunque todo y nada hable en contra nuestra

¡Sigue haciendo equilibrio, querido mío, que yo te sigo!
Este amor sin sus alas nacido de sueños y recuerdos
es lo que no sólo nos impide resbalar al abismo,
sino que nos hace ver que no importa cuán hondo éste sea
porque estamos más concentrados en seguir haciendo equilibrio
entre tu propia felicidad y la mía



MARiSOL




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