lunes, 15 de diciembre de 2008

Inquietudes


Busco el camino que me devuelva a tí,
mas una suave brisa marina
me susurra al oído: "¡Olvídala, olvídala!"

Y mientras cabalga mi alma desbocada
a la orilla de mi vida
mi llanto de hombre enamorado no lo escuchas.

Mi corazón agitado y mente agotada
de llorar recuerdos perfumados

de tí, querida mía, te buscan a la distancia.

Marisol