No sé si la adversidad sea una ocasión de virtud
Mas ¿será cierto que sin virtud no se puede vivir
mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad?
Y aunque los golpes de la adversidad sean amargos,
nunca dejarán de ser estériles o infecundos,
sobre todo, si contamos con una mano amiga extendida
para ayudarnos a poderla soportar mejor
y así convertir nuestro propio muro en peldaño
mas no para tocar el cielo, sino para aceptar
la realidad en la que nos encontramos sumergidos
desde hace mucho tiempo...
ese tiempo que nos permite descansar
o hacer una pausa sólo a ratos para olvidarla
¡Ay! ¡Quien no ha afrontado a la adversidad
no conoce su propia fuerza interior!
Y aunque el viento se obstine tercamente
en soplar en nuestra contra una y mil veces,
sigamos navegando en el inmenso mar de la vida ...
ese mar que nos enseña desde lo profundo de su sabiduría
que es en los contratiempos en donde conocemos nuestros recursos
para poder, sin alardear de manera vanidosa y sobrada,
hacer uso de ellos llegado su momento ...
ese momento no elegido por el azar,
sino, definitivamente, por nosotros mismos
Y mientras superamos este largo mal momento
centrándonos en recontruir nuestras vidas
con mucho esfuerzo y una buena porción de paciencia,
sigamos afrontando con valentía a la insoportable adversidad
MARiSOL