viernes, 24 de abril de 2015

A la luz del día



Entre los problemas más serios y más livianos una luz se proyecta de nuestros ojos a la luz del día. No sé si fascinados por tanto realismo o esperando a que éste se vuelva insignificante hasta convertirlo en un sueño atemporal a la luz del día.

Quizás es mejor no tener razón de nada porque nada es comprobable o porque ya nada es absoluto mientras tomamos conciencia del tiempo, sobre todo, cuando éste se malgasta, a la luz de día, tal vez porque ya no tenemos la energía como antes para reflexionar en ese minuto irrecuperable que se nos va dejando así al descubierto el valor de la vida en toda su magnamidad a la luz del día.

¿Será cierto que el día que nos precede nos enseña que mañana será otro día? Pienso que sí. Entonces, despertemos sin deseos prohibidos, sin manifestaciones viciosas y sin extravíos para apoyarnos el uno al otro no sólo en nuestro amor propio, sino en el trato para con los demás sobre un rayo de esperanza ... ese rayo que espera de nosotros, a la luz del día, a no ajustar siempre la realidad a nuestra voluntad aunque todo o nada hable en contra nuestra. 

Más allá de nuestras propias limitaciones para poder crecer internamente, hay que aprender a reconocer, aunque no queramos, que nada es estático, sino que todo cambia porque quién desea cambiar siempre tendrá un motivo para cambiar y mejor si es a la luz del día.


MARiSOL



Imagen sacada de Google+