Ayer
entre el límite
de lo inconsciente y consciente
de mi conciencia,
era capaz de hacer las paces
con mi mundo interior.
Hoy
mientras un coro de quimeras me canta
una canción vestida de desencantos,
la historia de mi vida me lleva de la mano
a la realidad. Regreso a ella.
Mañana
el futuro me espera sonriente.
Ya no le daré más la espalda.
Aprenderé a no negar más lo que veo
o lo poco que no me atrevo a admitir.
Marisol
Imagen sacada de