jueves, 10 de noviembre de 2022

La buena nueva


Entre cipreses religiosos y robles centenarios sigo de pie en busca de novedades dignas de mencionar.

Quizá mi destino se ha perdido en el camino de regreso a mi juventud. ¿Será porque la inmortalidad tiene la necesidad de devolver luz a nuestras almas oscuras? No sé ni tampoco logro salir de mi asombro.

En realidad no pretendo usar trucos de oratoria ni usar las cartas del Tarot para evitar disputas entre los zorros, en sus guaridas, y las aves, en sus nidos.

No deseo tampoco tener el corazón dividido mientras mis pies se aferran con fuerza a esta tierra que no me vió nacer mas me verá morir en el intento de salir para anunciar la buena nueva.

¿Será que la salvación del alma depende de la fé y no de las obras realizadas? Y aunque esta pregunta sea dura y poco realista, sigo de pie porque hagamos lo que hagamos y pensemos lo que pensemos todos, finalmente, estamos salvados desde el primer instante de vida.

Sí, pues, entre cipreses religiosos y robles centenarios pago el precio de mi propia inmortalidad...aquélla vacía de preocupaciones y desvaríos mientras un murmullo de asombro echa raíces entre mis tres tiempos y yo sigo de pie ahora y siempre y en busca de la buena nueva.

                   MARiSOL