Nuevamente te buscan los pies de mi corazón.
Ellos me llevan rápidamente a ti.
Cuando tú te haces presente en mi imaginación,
yo regreso de puntillas y en silencio, a ti.
Los recuerdos de la niña inocente que fuí
se abrazan una vez más a ti.
Y aunque tú no sepas quien soy, pero sí quien fuí,
quiero saberme todavía querida por ti.
No hay duda en la entrega. No te engaño.
Aunque haya aprendido a vivir sin ti
todavía, aunque resulte increíble, te extraño.
En este momento tengo ganas de ti.
Marisol
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