En algún remoto paraje de mi memoria selectiva
hay un pequeño gran olvido temido
Él sabe lo que le debo y lo que no
Es tan próximo, frío y desangelado
Y mientras su recuerdo doloroso y punzante
se deja leer en el calendario de mi alma,
un refugio de dudas, reclamos y anhelos
se quedan a ciegas y sin sabias respuestas
Viven escondidos detrás de mi sonrisa
Allí donde habitan las fuerzas necesarias
para seguir sólo hacia adelante
mientras rutinas y responsabilidades revolotean
entre un pasado que ya no será
y un futuro que no deseo para nadie
¡Ay! ese vigor perdido no desea más lamentos
Y mientras intento ajustarme a este presente
aunque me falte, por momentos, energía
(Esa energía llamada Voluntad),
sigo templando mi carácter,
desafiando con aplomo la adversidad,
reconstruyendo mi alma
para poderme superar a mí misma algún día
o quizá hoy, mañana y siempre
MARiSOL