domingo, 21 de agosto de 2016

Evasiones


Mientras voces familiares sigan retumbando como truenos dentro de mi alma, mi mundo, sin posibilidad de retroceder, irá pasando a ser algo distinto, hacia ese algo que no quiero que se convierta ... en un mundo de indignadas palabras desnudas de toda sabiduría porque ésta parece ser, por el momento,  que no me sirve de nada ni siquiera para dar un buen consejo.

Y mientras yo me arme de valor y levante mi cara hacia la luz de la esperanza y busque un lugar de descanso donde nadie pueda encontrarme (ni tú ni nadie), el tiempo se detendrá para mí para que así no transcurra, nunca más, entre gritos castrantes y rabias insultantes. 

Mas mientras el tiempo siga sin hacer ninguna pausa conmigo y yo busque inútilmente un lugar donde esconderme, sé con certeza que jamás volveré a ser completamente feliz como lo era antes cuando ese antes estaba cubierto con un poco de inocencia ... esa inocencia ya perdida por fuerza mayor. 

¡Ay! En esta fuga carcelaria, busco escapar, aunque no pueda, de esta realidad que me rodea mientras trato en vano de eludir dificultades, evitar peligros inminentes, burlar la vigilancia y los sistemas de seguridad de esos ojos acusadores que me obligan a cumplir mi condena por más que yo pretenda fugarme o escaparme del mundo en el que vivo desde que nací, mas no del mundo que me habita por dentro ... ese mundo donde yo, más a menudo, debería intentar vivir porque sólo de ese mundo vestido de corazón emanan los más puros sentimientos, sin evasiones de por medio, para lograr vivir en paz.


MARiSOL