Con manos temblorosas me abro paso
entre un tono fuerte y otro suave
mientras risas y silencios fulgurantes se estremecen
entre los escombros indefensos de mi realidad
Tal vez deba aprender a traducir
de mejor manera
cada acontecimiento de mi vida
mientras procuro mantenerme serena
ante las obligaciones familiares impuestas
¿O debo yo, más bien, oxigenar mis locas ideas
y renovarlas silenciosamente día a día
para no morir de pura tristeza?
Agradecida estoy de mi tenacidad terca,
de mi lengua, gran simuladora
y encubridora de grandes designios,
y de mis manos, no llenas pero sí limpias,
al no seguir siempre los consejos de los demás,
sino de mi propio corazón
MARiSOL