En el peor de los momentos, y siguiendo un orden ya establecido,
empecé a considerar insistentemente
que ya no estoy más dispuesta
ni a incomodidades asimétricas
ni a grandes e impetuosos dislates
(esos dichos o hechos que no tienen razón ni sentido)
Y sin embargo, hasta ahora me vinculo imperceptiblemente
con un futuro incierto vestido de escrúpulos,
disimulos y preguntas
mientras barajo, una vez más, automáticamente
las posibilidades o bien de cobijarme en las arenas del olvido
o de considerar correcto a ponerme, más bien, de pie
y a no retroceder más con prisa en el tiempo transcurrido
de lo que no fué y nunca será
Acepto sin ironía alguna y de manera definitiva
las propuestas oscuras hechas por la vida
Temor no debo sentir mientras trato de entender
las sorpresas que sopesan las opciones a escoger
aunque éstas tengan un cariz distinto a las mías
Más bien es mi actitud la que cuenta
aunque nuestras almas se encuentren separadas
por un espacio físico gigantesco
mientras el momento oportuno se ocupa de mí y de ti
para decirnos que formamos sólo parte de una anécdota ...
ese detalle o suceso accidental y de escasa importancia
que comenzó a ser contada desde hace ya tiempo
Y aunque nosotros giremos en torno a hechos reales
y tengamos el objetivo de hacer nuestra anécdota más atrapante
e incluir elementos no verídicos para hacerla más hermosa,
esta difícil situación pretende perder importancia y ser trivial
aunque una relativa negatividad me cause preocupación
y repercuta en mi vida cotidiana por fuerza mayor
No sé si en la tuya ...
¿Y sabes por qué?
Porque esta anécdota nuestra no carece de relevancia,
como algunos creen,
por más que deseemos tú y yo
un resultado contrario ahora y siempre
MARiSOL