Mientras salto con cuidado la línea divisoria
que separa al pasado del presente,
el futuro me pide no rechazar,
por ningún motivo, a mis más queridos sueños.
Pues, ellos son la fuente de mis deseos
y debería beberlos hasta la última gota.
Mientras como una nube blanca me dejo ver
y voy detrás de las huellas del futuro,
observo que la realidad de mi presente me desafía
cara a cara aunque yo no quiera.
¡Ay! Ella quiere evaporar parte de mis sueños
para evitarme más sufrimiento del que ya tengo.
Mientras el pasado ya me advirtió
que mi vida es complicadamente pequeña
para dar cabida a tantos sueños,
me doy cuenta que de algunos
tendré que prescindir aunque me duela.
Y para no olvidarme nunca de ellos
los guardaré en la memoria
de mi corazón hasta el fin de mis días.
Mientras por dentro me rebelo
ante el pasado y el presente,
abrazo tiernamente al futuro,
aunque él ya no sea lo que solía ser,
para permitir que todos mis sueños salten
sin temor ni arrepentimiento,
cuando les llegue el momento de partir
esa otra línea divisoria que existe para todos.
Marisol