viernes, 23 de mayo de 2025

Cenizas para la eternidad


¿Será cierto que el pasado es un cubo imaginario lleno de cenizas? Tal vez, porque la única función del tiempo es consumirse mientras, en realidad,  arde sin dejar cenizas. Sólo nos deja paz al comprobar el tremendo contraste entre el crepitar del fuego en su comienzo y la paz que las cenizas nos dejan... esa paz que nos ilumina el corazón vestido de recuerdos... esos recuerdos que son como voces suaves que mueren en el fondo de nuestra alma mientras su música vibra aún en la memoria aunque ésta sea magnífica para olvidar el dolor. 

Y mientras Dios nos susurra y habla a nuestras conciencias a través del placer, del júbilo y de la alegría de vivir, Él nos grita mediante el dolor porque éste cual megáfono nos invita a despertar a la verdadera realidad... esa realidad, que aunque tú o yo dejemos de creer en ella, sigue existiendo y no desaparece. Será porque todo lo racional es real y todo lo real es racional porque negar un hecho es lo más fácil del mundo, mas el hecho sigue siendo un hecho. 

Y aunque la humanidad no pueda soportar mucha realidad y el cuerpo humano sea no más que una simple apariencia y esconda nuestra realidad,  lo cierto es que la realidad, finalmente es el alma... ese alma que resiste mucho mejor los dolores agudos que la tristeza prolongada, ese alma que tiene ilusiones  como el pájaro alas porque es eso lo que lo sostiene mientras va curando sus heridas, sobre todo, de aquellas heridas que lleva consigo de todas las batallas que ha evitado. ¿Y tú?

¿Será cierto que el alma es sólo un vaso que se llena con eternidad? ¡Ay! Creo en la vida eterna porque cuando hay momentos donde el tiempo se detiene de repente, entonces, da lugar a la eternidad porque es allí donde todos nos encontraremos ya que el para siempre está vestido de ahoras. Será porque hay que aceptar el instante que viene y el instante que se va. Nada es permanente ni siquiera nuestros problemas. Por esto mismo aceptemos que el tiempo es una cierta parte de la eternidad... esa eternidad vestida de cenizas que nos hace ver que aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, el legado y los recuerdos compartidos perdurarán para siempre ante el horizonte de nuestras vidas.

MARiSOL