En un lugar improbable de encontrarme a nadie
mi fantasía se pasea discretamente de madrugada
por recovecos íntimamente prohíbidos
¡Ay! La fábula de la felicidad conyugal es una utopía
Somos seres caprichosos, rutinarios y maniáticos
Y sin adentrarme en las tinieblas del corazón
siento que no soy ninguna excepción
por más que me esfuerce en convertir la excepción en regla
Será que mi capacidad de evaluación está en desuso
¡Ay! La pasión sobre la razón no me garantiza nada
Y aunque sea vehemente e impetuosa
estrategias habituales no tiene a la mano
Sólo tácticas ávidas de un nuevo enfoque
para despertar las antiguas vivencias del amor ...
ese amor que no tiene igual y no se olvida
porque morir eclipsado no quiere
menos entre cavilaciones y dilemas
de nuestra perturbadora vida cotidiana
MARiSOL