sábado, 25 de enero de 2020

Destino



Reconozco que no hay nada que temer
aunque ruidos extraños se manifiesten
en la penumbra de mi conciencia,
ese mejor libro moral que tenemos,
mientras entre suspiro y suspiro 
desentraño ideas contradictorias
que trato de abandonar
casi en silencio, 
ese silencio que no debo romperlo
si no es para mejorarlo
aunque éste me ofenda 
Y mientras una incredulidad incómoda
se encoge de hombros
ante las evidencias inequívocas,
yo trato de mantener la calma
con argumentos convincentes
que crucen la calle a lo desconocido,
ese desconocido que se supone maravilloso
porque lo maravilloso nadie puede arrebatármelo
aunque insistas en todo lo contrario
con ese cándido convencimiento
que es capaz de reprimir
cualquier herencia sentimental
aparente de toda complicidad
aunque ésta no reine 
sin el instinto y voluntad de nuestro propio destino
porque la manera en que yo tome 
las riendas de mi destino
es mucho más determinante que el mismo destino
Será porque yo decido ser el capitán de mi alma
Y mientras yo mezclo las cartas y las juego
no creo ni en la casualidad ni en la necesidad
porque mi voluntad sabe a destino...
a ese destino que encontramos
así sea por los caminos de la vida 
que tomamos para evitarlo

MARiSOL