Mientras mis palabras, todavía en borrador,
oscilan como el péndulo de un reloj de pared
en el dorado silencio de mis horas vacías,
mis labios empiezan a recordar(te) en voz alta
mientras tu ausencia tímidamente se asoma
al filo, más dolorosamente filudo, de mi conciencia
Quizá sólo quiero recordarte ya sin juzgarte
mientras avanzamos y avanzamos por la vida
entre mentiras piadosas y verdades a medias
que nuestros tres tiempos dibujan
en algún lugar oculto de nuestra memoria
tan magnífica para hacernos querer olvidar
nuestros antiguos deseos insatisfechos
por obedecer más a la razón que al corazón
MARiSOL