Si volamos sólo entre el pasado y el presente
(para confundir al tiempo)
nos moveremos siempre sin principio ni fin.
¿Qué pretendemos? ¿No llegar a ninguna parte?
No quiero que la historia se repita una y otra vez.
Yo llego, tú te vas. Y viceversa....
¿Hasta cuándo?
Con un cambio de actitud en las pupilas,
podríamos seguir volando en círculos, en espiral
para subir más y más alto hacia lo divino
hasta sentirnos realizados por completo.
No sé si tú, pero yo...
Y seguimos silenciosamente,
tú por tu lado y yo por el mío,
volando a ciegas en círculos.
Tal vez no hay una meta que nos espere,
sólo el futuro con su puerta de salida.
Marisol
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