Quizá soy un inventario de pérdidas
al anteponer mi voluntad y resistencia
como señales de identidad...
aquélla que desafía a las sombras
mientras trata mi moral no sólo de ser coherente,
sino de conservar un temple
inquebrantable e inclaudicable
quizá por ser como Dios me ha hecho,
pero llego a ser como yo misma me hago
¡Ay! Mi identidad no es ni el nombre que tengo
ni el lugar donde nací
ni la fecha de nacimiento
Simplemente soy. Acaso, ¿cera blanda?
Depende de mi mano el sello
que yo le imprima a mi vida
pues si me mezclo en ella,
exagero su importancia
Mas, si me alejo de ella,
exagero su insignificancia
Y mientras cada cierto tiempo hago un conjuro,
entre la nostalgia y la impotencia,
para derrotar al destino escogido,
he decidido reinventarme
mediante el recuerdo de la que fuí
porque ya no busco nuevas tierras,
sino aprendo a ver la vieja tierra
con nuevos ojos para no enfocarme
sólo en las culpas del pasado,
sino en las posibilidades del futuro
Me reinvento no para convertirme
en alguien distinto a quien soy
Más bien, deseo sacar a flote
mi verdadero SER ...
ese ser que aspira hasta el último aliento
no ser lo que me sucedió,
sino ser la que elegí ser
porque si dejo de ser la que soy,
me convertiré en la que podría ser
y no deseo ser
MARiSOL