martes, 5 de mayo de 2009

Es el Olvido...

Es el Olvido quien se empeña en que abandone
mis gafas de sol vestidas de esos recuerdos
(que me hacen daño)
a la vera del camino de mi vida.

Es el Olvido quien me obliga a caminar
en sentido contrario y me prohibe
voltearme para mirar hacia atrás.

¿Es el Olvido, acaso, Venganza
y Perdón al mismo tiempo?
¿O solamente me lo imagino?

¡Quién sabe!

(A veces creo que a los hombres
les gusta deleitarse fumando
un olvido tras otro
mientras esperan pacientemente
que sus mujeres se beban
sus buenos y malos recuerdos

¡hasta la última gota!)


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Es el Olvido quien me termina de contar
que como ayer el Amor murió
de hastío ante tantos recuerdos,
llegó corriendo a su lado
para enterrarlos en el fondo de su corazón.

¿O fué en el mío?

Pero, ¿acaso el Recuerdo y el Olvido
no pasean del brazo igualmente
como lo hacen la Vida y la Muerte
mientras me hacen guiños
y envían besos volados?


¿No será que el Olvido está jugando
con mi memoria vestida de recuerdos
y se burla de toda lógica (la mía)
y de mi intranquilo inconsciente?

¿Será cierto que es el Tiempo
quien se encarga de esos recuerdos (...)
y nos obliga a olvidarlos por fuerza mayor
para no enloquecer?

Es el Olvido quien me toma en sus brazos
mientras me susurra dulcemente:
"¡Deja de pensar en esos recuerdos!
para que vivas tu querido presente
más tranquilamente".

Marisol